Para que la musa se le revele [al poeta]
es preciso que de algùn modo se haya despojado
de toda su existencia material, en la serenidad,
en el silencio y en el recogimiento.
Es preciso que haya aislado de la vida exterior
para gozar con plenitud de esa vida interior,
que va creando en èl, una especie de ser nuevo;
y solo cuando el mundo fìsico ha desaparecido
por completo de su mirada, podrà manifestàrsele
el mundo ideal.
Victor Hugo
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