Debemos llevar nuestras mentes distraidas
a la quietud. Esta es una de las primeras grandes
lecciones sobre la humildad, cuando descubrimos
que encontramos la sabidurìa en la quietud
y logramos pasar èsta prueba de distracciòn
por el regalo del Divino. Esto lo conseguimos
asumiendo el silencio. El silencio es la postura humana
necesaria, para entender el misterio del eterno.
Comunidad taizen.
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